Hoy
hablaremos sobre un problema bastante habitual y que puede aparecer de manera
puntual por cambios hormonales (pre-menstruación, embarazo, menopausia, etc), por
causas físicas (aumento de las temperaturas, la ansiedad, estrés, …), o por causas
más serias en las cuales deberemos consultar con un médico (problemas
cardíacos, renales, etc…. ). Para no preocuparnos diremos que la mayoría de las
veces las causas tienen que ver más con los dos primeros ejemplos, que con el
último, no obstante, si la retención persiste, deberemos acudir al médico para
descartar estas posibles causas.
Es muy habitual
confundir el exceso de peso por alimentarnos mal con el que provoca la
retención de líquidos y, aunque a veces van asociados, no se solucionan de
igual manera.
Para poder
identificar si estas reteniendo agua, los síntomas más evidentes que debes
tener en cuenta son: tener el abdomen abultado, sentir las piernas pesadas y
los párpados, labios y manos hinchadas. A continuación te decimos por qué
sucede y cómo puedes combatirla.
Nuestro cuerpo está
compuesto por un 60% de agua, repartida entre tejidos y órganos, excepto una
pequeña cantidad que se elimina a través de la transpiración y la orina, pero
en ocasiones los capilares responsables de movilizar el agua son demasiado
permeables y no pueden retenerla. Así, en vez de repartirla donde debería, ésta
acumula en los espacios que quedan entre las células. Esto sucede cuando hay
estrógenos en exceso y provoca edemas (que es una inflamación en una parte del
cuerpo que cede a la presión), hinchazones y retención.
El organismo está
programado para mantener un equilibrio constante del nivel de líquidos, y con
una dieta equilibrada y ejercicio frecuente es más sencillo mantener a raya
este tipo de problemas.
¿Por qué retenemos
líquidos?
La retención de
líquidos afecta principalmente a mujeres en determinadas épocas como en el
embarazo, los días previos a la regla o los meses anteriores a la menopausia.
El estrés y el ritmo de vida acelerado provocan que las mujeres retengan más
líquidos. Por eso es conveniente no consumir alimentos salados ni precocinados.
La retención provocará un aumento ligero de peso en esos períodos (entre 2 a 3
kilos), las mujeres que sufren de esto de manera continua, suelen tener
problemas para perder peso, y tienen un volumen anormal en determinadas zonas
de su cuerpo, así como celulitis.
Debemos tener en
cuenta que, además del componente hormonal y genético del problema, la
retención de líquidos tiene mucho que ver con el estilo de vida. El estrés y
las comidas rápidas, que hacen que abusemos de productos precocinados,
incrementan los niveles de sodio en nuestro cuerpo y provocan un volumen
anormal que te hace sentir incómoda y que la ropa no te siente bien.
Hábitos que empeoran
el problema
Los alimentos con
mucha sal y todo lo que contenga sodio en exceso te hará retener líquidos,
además, de los embutidos, salsas, aderezos, frituras, recalentados, etc. Las
bebidas alcohólicas y los refrescos –por su alto contenido de sodio- también
pueden provocarla.
La importancia de
beber suficiente agua
Si dejas de beber
líquidos, tu cuerpo se condiciona a retenerlos para poder cumplir con su
función de eliminar las toxinas de los riñones. En cambio si tu cuerpo recibe
agua en la cantidad que necesita, le será más fácil eliminar la que sobra,
aparte de que es un excelente diurético
Alimentos que nos
ayudan a evitar la retención
El apio, la coliflor,
la piña, la papaya, los panes integrales, lentejas y verduras de hoja verde son
excelentes aliados para combatir la retención. Además está el té verde, que
estimula la adrenalina y ayuda a disminuir la asimilación de ciertos
nutrientes, como las grasas y el azúcar por medio de la camilina, uno de sus
principios activos. El té de cola de caballo, es uno de los diuréticos más
eficaces que se conocen, además evita que aunque elimines líquidos, tu
organismo pierda minerales. La mejor fruta, si padeces este problema, es el
melón, que por su riqueza en agua estimula la función renal, y así favorece la
eliminación de líquidos.
Consejos útiles para
evitar la retención
Los nutricionistas y
endocrinos coinciden en sus seis consejos básicos para evitar el problema:
1.- Bebe 2 litros de agua al día (ojo¡¡¡si ingerimos más de la cuenta y superamos los 4 litros, podríamos provocar retención de por sobrecarga.)
2.- Come 5 veces al día, preferiblemente productos frescos y naturales.
3.- Evita grasas, fritos, lácteos y azúcar refinado.
3.- Practica ejercicio habitual (puede ser caminar a ritmo ligero aprovechando el buen tiempo)
4.- Evita las prendas muy ajustadas en la medida de lo posible.
5.- Mantén a raya el estrés
6.- Termina la ducha con agua fría en los tobillos.
Deporte e hidratación
Así que ya sabes, si
descubres que has subido un par de kilos, antes de alarmarte y ponerte a dieta,
averigua si se debe a la retención de líquidos. No olvides practicar deporte de
manera regular, pues entre los muchos beneficios que tiene para tu línea y tu
salud, se encuentra el de facilitar la eliminación de líquidos y toxinas en el
cuerpo. Y recuerda que tu cuerpo debe esté hidratado antes de iniciar cualquier
rutina de ejercicios.
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