En multitud de ocasiones nos preocupamos más de comprar la crema más cara que de hacer una correcta aplicación de la misma. Tónicos, cremas, fluídos y mascarillas pueden ser aplicados de la misma manera para así conseguir los mayores efectos que a fin de cuentas repercutirán sobre nuestra cara.
Si sigues estas simples pautas, aumentará la efectividad de las cremas o tratamientos que te estés aplicando a la zona facial.
La idea más importante que debemos tener es que para aplicar las cremas hay que evitar estirar la piel. Es decir, la crema o el ungüento se debe aplicar en un movimiento ascendente. Al no estirar la piel no provocaremos distensiones que puedan producirnos arrugas y retrasaremos el envejecimiento notable de la piel.
En primer lugar coloca un poco de crema en distintas partes de la cara. A la hora de la aplicación, lo más propicio es hacerlo simultáneamente con las dos manos y con movimientos similares. Por ello, libérate del bote. Para masajear utiliza las yemas de los dedos ya que con ello contribuirás a que se reactive la circulación y por tanto, la piel se quede más tersa.
Una especial precaución merecen las zonas de que rodean los ojos ya que presentan una piel extremadamente fina y sensible que con más rapidez se estropea. Para estas zonas, lo más recomendable es aplicar la crema con ligeros toquecitos.
Como ves, se trata de un procedimiento sencillo que de buen seguro notarás cómo mejora tu cara, o por lo menos no empeora.
Os dejo un video tutorial de la revista marie claire, para que entendáis lo que hemos explicado.
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