Nuestra piel no está igual a los 20 que a los 50 por ello sus necesidades no son las mismas.
A los 20 años la piel y el pelo aún no padecen los estragos causados por el Sol, manchas, arruguitas, deshidratación, sin embargo a los 50, salvo que hayas permanecido recluida, lo normal es que si.. La clave está en seguir tres pasos que son validos para cualquier edad y tipo de piel, que son la limpieza, la hidratación y la protección solar y combinarlos con otros consejos dependiendo de la edad que tengamos.
Cuando tenemos veinte años la piel está fresca, joven, luminosa y tersa,
por lo que mucha gente cae en el error de olvidar los cuidados básicos
de belleza, cuando lo correcto sería todo lo contrario, es decir,
mantener y prolongar esa frescura. Todos los días (y digo todos los días) por la noche antes de acostarnos debemos limpiarnos el rostro,
así eliminaremos el maquillaje y toda la suciedad que se nos haya ido
adheriendo a la piel durante el día. Podemos hacerlo con un gel
limpiador suave, nunca con toallitas desmaquillantes porque son muy
agresivas por su alto contenido en detergente, sólo usarlas en casos
puntuales ya que es mejor eso que irse con todo el maquillaje a la cama. La exfoliación es muy importante realizarla una vez
a la semana, eliminaremos las células muertas y mejoraremos la
penetración de las cremas. Si se trata de una piel muy sensible con
tendencia a las rojeces debes prolongar más el tiempo de exfoliación. Tras la limpieza debemos aplicarnos una buena crema hidratante, adaptada a nuestro tipo de piel. La protección solar no puede faltar a ninguna edad y
en ningún momento del día, así evitaremos todos los daños que el sol
causa sobre nuestra piel.
Lo que le ocurre a nuetra piel a partir de los 30, consolidándose a lo largo de los 40, es que se empiezan a manifestar los primeros signos del envejecimiento;
pérdida de elasticidad, menos luminosidad, se ve algo más deshidratada e
incluso la coloración de la piel ya no se ve tan uniforme. Son 3 los pasos que hemos de seguir: Limpieza. Paso fundamental para que la piel esté sana, usaremos productos para eliminar toda la suciedad en profundidad y si la piel lo requiere exfoliaremos. Hidratación. A esta edad la hidratación debe comenzar a ir acompañada de cremas con tratamiento o serums,
para ayudar a reparar los daños que provocan los radicales libres en
las células, además de aumentar las defensas contra la polución. Las mejores hidratantes para esta piel son las que contienen vitaminas como la E y la C que son antioxidantes y disminuyen las líneas de expresión. El contorno de ojos
ya no puede faltar en nuestro neceser y debemos aplicárnoslo cada vez
que notemos seca esta zona, ya que normalmente la pieles secas son más
propensas a las arrugas. Las mascarillas también pueden comenzar a hacer
presencia en nuestros tratamientos por ejemplo una vez a la semana. Para terminar no podemos olvidarnos de la Protección, algunas manchitas comienzan a aparecer tímidamente a
partir de los treinta años, pero si no les ponemos freno se harán notar
cada vez más, por eso lo mejor es pararlas cuanto antes. Para ello se
hace esencial un protector solar con índice alto. Sus
filtros aislarán nuestra piel protegiéndola así de los rayos solares
principales causantes del envejecimiento.
A partir de los 50 años es cuando suelen aparecer los primeros síntomas
de la menopausia, que se da, generalmente, entre los 50 y los 60 años de
edad, aunque a cada mujer le llega en una época distinta de su vida.
Por ello, y debido a que la menopausia afecta al sistema hormonal y, por
tanto, al estado de la piel, los cuidados del cutis deben ser
especiales durante esta época. Si tienes manchas en la piel, es muy importante que empieces un
tratamiento decolorante, que evites el sol en la medida de lo posible y
que uses cremas que incluyan protección solar. Las cremas decolorantes las encontrarás en cualquier establecimiento de
venta de productos de estética o en una farmacia y suelen usarse todas
las noches, aunque deberás informarte de cómo se utiliza el producto que
adquieras para usarlo correctamente y conseguir que sea cien por cien
eficaz. A partir de los 50 años, la piel empieza a perder la capacidad de
hidratación, por lo que es imprescindible utilizar una crema o un sérum
hidratante todos los días y beber mucha agua para hidratar la piel tanto
por dentro como por fuera. Debido a que la piel empieza a perder elasticidad alrededor de los
40 años, a los 50 la flaccidez suele ser uno de los principales
problemas del rostro de la mayoría de mujeres. Si este es tu caso,
deberás emplear cremas contra la flaccidez que te ayuden a solucionar el
problema, así como bases de maquillaje con efecto lifting, que ayudan a
tensar el rostro. Hacer ejercicio sostenido es algo deseable que
permitiría retrasar los efectos de flaccidez en la piel. Si tienes mucha flaccidez o muchas arrugas y ves que las cremas no
te ayudan a solucionar el problema, no es necesario que te sometas a una
operación de cirugía estética. Hoy en día se utiliza muchísimo lo que
se conoce como “medicina estética”, que tiene como objetivo principal
retocar las partes del rostro que desees sin pasar por el quirófano. Por
ejemplo, existen técnicas consistentes en inyectar ácido hialurónico,
una sustancia que contiene el propio organismo pero que se va perdiendo
con los años, dentro del óvalo facial para remarcarlo y disminuir el
nivel de flaccidez. En España ya hay muchas clínicas que incluyen la
medicina estética entre sus tratamientos. Aunque parezca mentira, una de las cosas que provocan que la piel
envejezca a un ritmo vertiginoso es el estrés. Así que, aunque sea
complicado, debes intentar relajarte y tomarte las cosas con calma. Esto
no solo será beneficioso para tu piel, sino también para tu salud.
Además, gozarás de un aspecto mucho más saludable si estás tranquila y
relajada. Por otra parte, otra de las cosas que debes evitar por todos los medios
es el tabaco, ya que este, además de provocar una gran cantidad de
enfermedades, estropea muchísimo el cutis y hace que la piel envejezca
antes de tiempo. Finalmente, deberás protegerte muchísimo del sol y evitarlo en la medida de lo posible. Para terminar y que tu piel se vea sana y bonita, el uso correcto del
maquillaje también juega un papel fundamental. En primer lugar, aplícate
una base de maquillaje del mismo color que tu piel y que produzca un
efecto lifting para que tu cutis se vea terso y sin flaccidez. Después,
aplica un suave rubor rosa en las mejillas y utiliza ese mismo color
para pintarte los labios. Ten en cuenta que los colores claros son los
más juveniles. Huye, pues, de los tonos oscuros, ya que solo harán que
parezcas más mayor. También puedes aplicarte un poco de corrector bajo
los ojos para disimular las ojeras.
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