13 jun 2012

Dime lo que comes, y te diré como duermes.....


Y es que lo que cenamos, tiene mucho que ver con la calidad de nuestro sueño.

Seguramente a todos nos suene ese alguien que en alguna ocasión nos ha comentado: " si ceno mucho, me cuesta conciliar el sueño, y cuando lo hago, tengo pesadillas¡¡¡¡".Incluso estoy segura que nosotras mismas hemos experimentado alguna vez esta situación.






Existen numerosos perfiles de sueño. Uno de ellos y con el que me identifico plenamente es ése en el que no acabas de tumbarte en la cama y ya estás dormida, consiguiendo un sueño profundo hasta que mi enemigo número 1 de las mañanas, el despertador, empieza a entonar el "levántate ya" con la melodía de turno...., o quizás seas de las que a pesar de que se duerme enseguida, se despierta varias veces durante la noche sin saber por qué o abre los ojos tres horas antes de que suene nuestro "amigo" el despertador y ya no vuelves a conciliar el sueño por mucho que te empeñes, o quizás de las que aunque se encuentra muy cansada, no consigue pegar el ojo ni a la de tres....... ¿La consecuencia de todo esto? Ni descansas como quisieras, ni como realmente tu cuerpo y tu mente necesita, acabando una jornada más que no puedes ni con el pelo.

Hay varias situaciones que nos pueden provocar estas alteraciones en el sueño: el estrés, las preocupaciones, los cambios hormonales debidos al embarazo o la menopausia, la ansiedad, los cambios de horario ... Pero otras veces esas alteraciones pueden estar relacionadas con nuestra dieta: lo que comemos y cómo lo comemos.
Lo ideal es cenar ligerito y lo más temprano posible, o por lo menos hacerlo un par de horas antes de acostarnos, eso de cenar y pa'la cama, no es nada aconsejable.
Hay algunos alimentos, bebidas o hábitos que están desaconsejados si tienes dificultades para dormir y por lo tanto deberías evitar a la hora de la cena:  el café, el chocolate o las especias, son estimulantes, el queso curado o las carnes rojas tampoco benefician al sueño, los platos excesivamente grasos por su dificil digestión o comer muy poco o demasiada cantidad.
Recuerda que aunque no tomes café por la noche, si durante el día bebes cuatro tazas, pues es probable que, si eres una un tanto nerviosa, por la noche te develes.
Un buen hábito es tomarte una infusión relajante un ratito antes de ir a dormir. Infusiones como la valeriana, la pasiflora, la melisa o la tila pueden ser tus grandes aliados. Un vasito de leche con miel también es una buena opción!

¿Qué alimentos son nuestros amigos en cuanto a dormir se refiere?

La leche, el yogur, los alimentos ricos en hidratos de carbono como la pasta, el pan o el arroz, la lechuga (gracias al lactuario, una sustancia sedante), alimentos ricos en hierro como los cereales, las lentejas o el pollo, ya que la pérdida de éste está asociada al insomnio o los pescados con Omega 3 como el salmón o la caballa.


Pues ya sabéis, si habéis observado que últimamente no dormís bien, probad a hacer cenas ligeras y veréis como mejora la calidad de vuestro sueño.... Que descanséis.......

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